Pulsa «Intro» para saltar al contenido

El futuro profético de Siria en la Biblia

Siria en profecía

Ver video aquí

La toma de Damasco por los rebeldes es uno de los acontecimientos más significativos de este año. El conflicto en Siria ha suscitado un gran interés debido a sus implicaciones geoestratégicas en Oriente Medio. No obstante, muchos medios de comunicación tienden a ignorar el profundo significado histórico y profético de esta región.

La Biblia ofrece abundantes referencias que ponen de manifiesto la relevancia de esta región. Una búsqueda sencilla revela su relevancia: la palabra “Aram”, el término bíblico para Siria, aparece 75 veces en las Escrituras; “Asiria”, 118; y su capital, Damasco, nada menos que 55. Esto no es una coincidencia, sino un testimonio de su trascendencia histórica y profética. Los cristianos de Siria, muchos de los cuales se identifican como arameos o asirios, son testigos de la rica herencia de este país tan frágil y dividido. Aunque muchos de ellos se encuentran en la diáspora, sus vidas y cultura nos siguen recordando de este legado histórico.

Los acontecimientos recientes en la región no solo subrayan su importancia como escenario histórico, sino que la sitúan en el centro de una narrativa mucho más profunda: la de las profecías bíblicas que parecen cobrar vida en el contexto actual y ofrecen una nueva perspectiva sobre el destino de Siria y su papel en el futuro de la humanidad.

La caída de Damasco en Isaías 17

Una de las profecías más impactantes y específicas sobre Siria se encuentra en el capítulo 17 del libro de Isaías. Este capítulo comienza con una declaración que aún no se ha cumplido por completo:

“Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas.  Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante.” (Isaías 17:1)

Damasco, una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, está abocada a una destrucción total. A lo largo de su historia, la ciudad ha sido testigo de guerras y destrucciones, pero nunca ha quedado reducida a ruinas como predice la profecía de Isaías. Aunque no sabemos cuándo sucederá, lo cierto es que los acontecimientos actuales hacen pensar que podría cumplirse pronto.

El texto, además, nos revela que esta profecía de ocurrir cerca de la llegada del Mesías,  pues el texto declara lo siguiente:

En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. (Is.17:7)

Y continua:

“En aquel día… habrá desolación… porque te olvidaste del Dios de tu salvación.” (Is. 17:9-10)

Si esta interpretación es correcta, como parece evidente por el texto, Damasco será destruida durante o poco antes de la gran tribulación, cuando las naciones, instigadas por el anticristo, persigan a los judíos. Este hecho se hace evidente al leer los versículos siguientes:

“Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.” (Is. 17:13)

Como vemos, el texto no solo se refiere al colapso de Siria y, en especial, de Damasco, sino también a un conflicto regional más amplio en el que las naciones se reunirán para luchar contra Israel. Sin embargo, Dios intervendrá providencialmente para proteger a su pueblo cuando los judíos vean al Santo de Israel.

La expansión de Israel predicha en Ezequiel 47-48

El conflicto en Siria, marcado por el derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad y el ascenso de facciones rebeldes, ha provocado el fraccionamiento y la desestabilización de la región. En medio de este caos, Israel ha aprovechado para atacar depósitos de armas y bases militares de Al-Asad, y lo más llamativo, ha entrado en territorio sirio. Este cambio en el equilibrio regional podría estar allanando el camino para la expansión futura de Israel, tal y como predijeron algunas profecías.

Las visiones de Ezequiel en los capítulos 47 y 48 describen los límites futuros de Israel, que podrían corresponder al período del Reino Milenial, es decir, cuando Cristo reine en la Tierra. Esta expansión territorial abarcará zonas que actualmente pertenecen a Siria. Según Ezequiel,  la frontera norte llegará hasta “los confines de Damasco” (Ez. 48:1).

Además, el territorio también abarcará gran parte del Líbano, Jordania e incluso se extenderá hasta el río Éufrates, al noreste. Esto coincide con las promesas hechas a Abraham siglos antes:

“En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates.” (Gen. 15:18)

Esta expansión prometida comprenderá vastos territorios, incluyendo áreas actualmente en disputa en Medio Oriente. Para que esta profecía se cumpla, deben ocurrir cambios geopolíticos—quizá a través de conflictos o intervenciones divinas—que remodelarán dramáticamente la región.

La conexión entre la profecía de Ezequiel y el conflicto en Siria apunta a la mano soberana de Dios orquestando los acontecimientos hacia sus propósitos. Esta visión futura de la expansión de Israel es un testimonio de la fidelidad de Dios a su Palabra y sus planes para las naciones de la tierra.

La bendición futura de Siria en Isaías 19

Aunque las profecías sobre Siria a menudo enfatizan el juicio y la destrucción, la Biblia también ofrece esperanza para el futuro de esta nación. Isaías 19 presenta un mensaje de juicio, seguido de sanación y restauración.

En realidad, gran parte de este capítulo nos habla del juicio de Jehová sobre Egipto, quien los entregará “en manos de señor duro, y rey violento”. (Is.19:4)  En aquellos días, nos dice Isaías, los egipcios “se asombrarán y temerán en la presencia de la mano alta de Jehová de los ejércitos, que él levantará contra ellos. Y la tierra de Judá será de espanto a Egipto.” (Is. 19:16-17)

No obstante, este no será el fin de Egipto. Milagrosamente, los egipcios creerán en el Dios de Israel, pues “él les enviará salvador y príncipe que los libre…y se convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará.” (Is. 19:20-22)

Posiblemente, el “salvador” será el Mesías en persona, quien volverá a reinar sobre la tierra en el reino milenial. “En aquel tiempo,” continúa narrando el profeta,

“habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios a Jehová. En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra; porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.” (Is. 19:23-25)

Estos pasajes anuncian un tiempo futuro cuando los enemigos de Israel serán reconciliados y unidos en la adoración al Señor. Al igual que Egipto, Siria experimentará la bendición y restauración de Dios. Para los creyentes, estas profecías ofrecen esperanza de que el plan de Dios incluye redención y restauración para todas las naciones, incluso aquellas que enfrentan juicios severos, siempre y cuando se vuelvan a Él de todo corazón.

Conclusión

Los acontecimientos en Siria, particularmente en Damasco, funcionan como un reloj profético que señala el cumplimiento de las profecías bíblicas. Aunque no podemos saber con certeza cómo ni cuándo se desarrollarán estos acontecimientos, la alineación de estos y otros eventos actuales con las Sagradas Escrituras sugiere que nos estamos acercando a la culminación de este siglo.

Si debemos quedarnos con algo, es que la Palabra de Dios es verdadera y que sus propósitos, tarde o temprano, se cumplirán. Por nuestra parte, debemos estar atentos y expectantes ante la llegada del Señor, dando todo lo que tenemos para darle a conocer a las naciones, incluyendo la quebrantada Siria e Israel.

 

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *