Millones de católicos en todo el mundo esperan con entusiasmo el 2025, un año marcado por el Jubileo Católico. Según la iglesia católica, este gran evento, celebrado cada 25 años, es una oportunidad para la renovación espiritual, la peregrinación y la reflexión. Pero, ¿qué es realmente el Jubileo católico?
A diferencia de la celebración católica, el Jubileo Bíblico se celebraba cada 50 años. En esta celebración los judíos liberaban a los siervos endeudados, se perdonaban algunas deudas y las personas volvían a sus tierras ancestrales. El Jubileo católico por tanto, intenta emular este concepto, alegando que uno puede obtener indulgencias realizando ciertos sacrificios.
Según la doctrina católica, las indulgencias son un medio para reducir el castigo temporal de los pecados ya perdonados. Una indulgencia plenaria elimina todo castigo, siempre que el receptor cumpla con ciertas condiciones, como la confesión, la oración y actos de caridad. En resumen, reduce el tiempo de sufrimiento en el purgatorio realizando ciertos “sacrificios”.
Esto es un acto flagrante contra la verdad que encontramos en las Escrituras, que no menciona el purgatorio, un concepto clave en la práctica de las indulgencias. La Biblia enfatiza que la salvación se obtiene únicamente por la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9).
Uno de los rituales más esperados del Jubileo católico es la apertura de las Puertas Santas en las cuatro principales basílicas de Roma. Este año, el Papa Francisco planea expandir esta tradición de manera inédita añadiendo otra puerta “sagrada” en una prisión romana el 26 de diciembre.Este acto se dice que simboliza la misericordia de Cristo llegando a los miembros más marginados de la sociedad.
Uno debería preguntarse por qué el Vaticano abre y cierra puertas, como si este tuviese las llaves de la salvación. Si realmente tiene las llaves, ¿por qué no dejar la puerta abierta de una sola vez, en vez de abrirlas cada 25 años? ¿Será que quieren mantener su fieles en esclavitud?
La Biblia nos enseña que Jesús murió una sola vez para perdonar nuestros pecados. Jesús ofrece el perdón completo de los pecados y la libertad espiritual. Este regalo de salvación no depende de actos físicos ni de puertas simbólicas, sino que está disponible gratuitamente para todos aquellos que depositen su fe en Él.
«Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.»
— Juan 10:9
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