Siete diferencias esenciales entre los Testigos de Jehová y los cristianos evangélicos
—Enguardia
Los Testigos de Jehová son una denominación cristiana restauracionista que surgió a finales del siglo XIX en Estados Unidos y que en la actualidad cuenta con millones de miembros repartidos por todo el mundo. Se distinguen por su predicación puerta a puerta, por rechazar las transfusiones de sangre y ciertas prácticas que consideran paganas. Además, solo se les permite leer su propia versión de la Biblia: la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.
El contexto del siglo XIX estuvo marcado por intensos debates sobre la inminente segunda venida de Jesucristo. En este contexto, William Miller, un predicador estadounidense, desempeñó un papel crucial al predecir que Jesús regresaría visiblemente en el año 1844. Miller creció en un ambiente bautista, pero acabó rechazándolo a favor de una visión deísta, influenciado en gran parte por autores como Hume o Voltaire.
La predicción sobre el retorno de Cristo no se cumplió. El «Gran Chasco», como lo llamaron algunos, provocó que muchos abandonaran el movimiento. Sin embargo, algunas personas reinterpretaron la predicción de Miller, lo que dio paso a diversas corrientes, como el adventismo y, posteriormente, los Testigos de Jehová. Un personaje destacado en este proceso fue Charles Taze Russell, quien adoptó algunos de los elementos escatológicos presentes en las prédicas de Miller y desarrolló una doctrina que difiere fundamentalmente de la doctrina evangélica bíblica.
A continuación se presentan siete diferencias clave para profundizar en las distinciones doctrinales entre los Testigos de Jehová y los cristianos evangélicos.
1. La naturaleza de Dios
Doctrina evangélica: La doctrina trinitaria es central; se cree que Dios es uno en esencia, pero se manifiesta en tres personas co-eternas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta comprensión resalta la complejidad de la divinidad y el papel complementario de cada persona en la creación, la redención y la santificación.
Testigos de Jehová: Rechazan la Trinidad y sostienen que Jehová es el único Dios verdadero. Consideran que Jesús es una creación de Jehová y que el Espíritu Santo es simplemente una fuerza o medio de acción divino, sin personalidad propia. Esta visión insiste en una estricta separación entre lo divino y lo creado.
2. Jesucristo
Doctrina evangélica: Se afirma que Jesús es plenamente divino y plenamente humano. Jesús no ha sido creado, ya que forma parte de la Trinidad. Su sacrificio en la cruz y su resurrección corporal son la base de la redención y la salvación, y demuestran su autoridad sobre el pecado y la muerte.
Testigos de Jehová: Enseñan que Jesús fue creado por Jehová y que, en un pasado prehumano, ejerció el rol del arcángel Miguel. Aunque es reconocido como el Hijo de Dios y mediador, no posee la misma esencia divina que Jehová, lo que repercute en su visión de la redención y el papel salvador de Cristo.
3. El Espíritu Santo
Doctrina evangélica: El Espíritu Santo es considerado una persona de la Trinidad, activo en la vida del creyente para convencer de pecado, guiar en la verdad y capacitar para la santificación. Se le atribuyen dones espirituales y su presencia es fundamental para la transformación interna y la relación personal con Dios.
Testigos de Jehová: Interpretan al Espíritu Santo como la manifestación del poder de Dios, sin atribuirle personalidad. Esta concepción enfatiza la idea de una acción divina impersonal, lo que influye en su interpretación de textos bíblicos relacionados con la obra del Espíritu.
4. La resurrección de Jesús
Doctrina evangélica: Se enseña que Jesús resucitó de manera corporal, saliendo de la tumba con un cuerpo transformado y glorificado. Esta resurrección física se considera como la prueba definitiva de su divinidad y la garantía de la resurrección futura de los creyentes, siendo celebrada en la Pascua como el triunfo sobre la muerte.
Testigos de Jehová: Sostienen que Jesús fue resucitado como un ser espiritual, no en su forma física original. Según su doctrina, el cuerpo humano de Jesús no fue restaurado, lo que enfatiza una diferencia radical en la comprensión de la identidad y la naturaleza de la resurrección.
5. La salvación
Cristianismo evangélico: La salvación se entiende como un don gratuito de Dios, obtenido únicamente por la fe en Jesucristo y basado en la gracia divina. Este énfasis en la fe personal y en la gracia subraya la idea de que las obras humanas no pueden alcanzar la salvación, la cual se recibe a través de una relación personal con Jesús.
Testigos de Jehová: Aunque valoran la fe en Jesús, enseñan que la salvación implica también obedecer estrictamente las leyes y mandamientos de Jehová, así como participar activamente en la organización. La salvación se concibe como un proceso continuo que requiere compromiso, disciplina y adhesión a las directrices de la comunidad.
6. La vida después de la muerte
Doctrina evangélica: Se defiende la existencia de destinos eternos: el cielo, para quienes aceptan las palabras y obra de Jesucristo, y el infierno, para aquellos que lo rechazan, interpretado como un castigo eterno y una separación definitiva de Dios.
Testigos de Jehová: Creen que únicamente 144,000 personas, los llamados «ungidos», tendrán un destino celestial para reinar junto a Cristo, mientras que la mayoría de los fieles gozarán de una vida eterna en un paraíso terrenal. Además, rechazan la noción del infierno como lugar de tormento eterno, proponiendo en su lugar la aniquilación de los malvados.
7. La segunda venida de Cristo
Doctrina evangélica: Se espera que Jesucristo regrese de manera visible y corporal para juzgar a vivos y muertos, conforme a las profecías bíblicas. Este evento marcará el establecimiento definitivo del reino de Dios, con la resurrección de los justos y el castigo final para el mal. La anticipación de la segunda venida impulsa a los creyentes a vivir en constante preparación espiritual.
Testigos de Jehová: Enseñan que Jesús regresó de forma invisible en el año 1914 y que, desde entonces, ejerce su reinado desde el cielo. Aunque reconocen la batalla de Armagedón como un desenlace futuro, interpretan la segunda venida de manera gradual y continua a través de los acontecimientos históricos que, según su visión, cumplen las profecías.
Conclusión
Las marcadas diferencias teológicas en torno a la salvación, la Trinidad y la naturaleza de Cristo han llevado a muchos a considerar a los Testigos de Jehová como una secta. Estas divergencias, reflejadas en sus creencias y prácticas, los sitúan en un camino radicalmente distinto al del cristianismo evangélico tradicional. Los Testigos de Jehová, al igual que el resto de religiones, se basan en unas reglas que regulan estrictamente cómo se obtiene la salvación a través de ciertos protocolos o obras. En definitiva, su creencia no se basa exclusivamente en la salvación por la fe en Jesucristo.
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