7 diferencias fundamentales entre los adventistas del séptimo día y los evangélicos
—Enguardia
Aunque los adventistas del séptimo día y los evangélicos comparten muchas creencias cristianas, también existen diferencias significativas en doctrina, práctica y visión del mundo. Desde fuera, algunos aspectos de su teología (como la autoridad de la Biblia, la salvación a través de Jesucristo y la esperanza en la Segunda Venida) parecen ser los mismos que los de los cristianos evangélicos. Sin embargo, un examen más detallado revela marcadas discrepancias que suscitan interrogantes acerca de su interpretación de las Escrituras e incluso podrían sugerir una posible adhesión a prácticas que podrían ser consideradas como características de una secta. A continuación, se exponen siete diferencias clave que distinguen a ambos grupos.
1. El Sábado como día de adoración
Adventistas: Guardan el sábado como día sagrado desde el viernes al atardecer hasta el sábado al atardecer. Consideran que esta práctica es una señal de fidelidad a Dios y una expresión literal del cuarto mandamiento. Rechazan el domingo como día de adoración porque carecer de base bíblica suficiente. Consideran que la práctica de reunirse el domingo es una señal de apostasía.
Evangélicos: la mayoría de los evangélicos se reúnen el domingo para recordar la resurrección de Jesús, pero no lo consideran un día «sagrado». Para ellos, el sábado forma parte de la antigua ley mosaica, pero no es obligatorio para los cristianos bajo el Nuevo Pacto. Algunos evangélicos (especialmente los judíos mesiánicos) celebran el Shabbat (sábado), aunque no todos consideran esto una obligación para ser salvo.
2. La autoridad de Ellen G. White
Adventistas: Los adventistas basan su fe en la Biblia, pero también reconocen como inspirados por Dios y útiles para la comprensión de la verdad bíblica los escritos de Ellen G. White. Aunque alegan que no los colocan al nivel de la Biblia, en realidad les dan un peso doctrinal considerable, lo que ha llevado a algunos a cuestionar su postura. Gran parte de su interpretación escatológica se basa en sus escritos.
Evangélicos: suelen seguir el principio de Sola Scriptura, es decir, que solo la Biblia tiene autoridad divina. Rechazan cualquier otra fuente de revelación profética como normativa para la doctrina. Algunos evangélicos aceptan el don profético, pero no suelen utilizarlo como método para interpretar la profecía bíblica.
3. El estado de los muertos
Adventistas: Creen en el “sueño del alma”, es decir, que al morir, las personas quedan en un estado de inconsciencia total hasta la resurrección en el día del juicio. Niegan la idea de que el alma sea inmortal por naturaleza.
Evangélicos: Sostienen que el alma sigue consciente después de la muerte y va inmediatamente a un lugar llamado Sheol o Hades, en hebreo y griego, respectivamente. Los espíritus de los muertos que no han aceptado a Cristo van a un «compartimento» del Sheol (llamado en ocasiones «infierno»), donde esperan bajo tormento el juicio final de Dios y el consiguiente castigo en el lago de fuego. Los que han aceptado el don de Cristo van a otro compartimento del Sheol, el Paraíso.
4. El Infierno
Adventistas: Rechazan la doctrina del infierno eterno. Enseñan que los impíos serán aniquilados después del juicio final: dejarán de existir, en lugar de sufrir eternamente.
Evangélicos: Creen en un infierno eterno como castigo definitivo para los que rechazan la dádiva de Dios. Los incrédulos no van directamente al «lago de fuego» (Ap. 19:20), sino que, al morir, residen en el Sheol hasta el día del gran juicio, donde serán juzgados por sus actos y lanzados al lago de fuego.
5. La adherencia a la ley mosaica
Adventistas: Mantienen una fuerte adhesión a elementos de la ley mosaica. Promueven un estilo de vida basado en los principios de salud bíblicos, incluyendo dietas sin carne impura (como cerdo o mariscos), y muchos optan por el vegetarianismo. Además, el sábado es observado estrictamente como día de reposo. Ven estas prácticas como parte de la obediencia a Dios y un llamado a la santidad física y espiritual.
Evangélicos: No consideran que las leyes dietéticas del Antiguo Testamento sigan vigentes para los cristianos. La mayoría cree que en Cristo se cumplió la ley y, aunque valoran la vida saludable, no la consideran un requisito doctrinal o espiritual.
6. La organización eclesiástica
Adventistas: Poseen una organización mundial jerárquica y estructurada, con divisiones regionales, uniones, asociaciones y una sede global en EE. UU. La iglesia opera de manera coordinada en todo el mundo.
Evangélicos: Son mucho más diversos. Pueden formar parte de denominaciones grandes o ser completamente independientes. La mayoría de las iglesias evangélicas gozan de gran autonomía en su gobierno y prácticas.
7. El Juicio Investigador y los últimos días
Adventistas: Tienen una escatología particular y muy específica que incluye la doctrina del «juicio investigador». Esta enseña que, desde 1844 y hasta su regreso, Cristo está revisando los libros celestiales para determinar quién es creyente y quién no. Este juicio se basa en gran medida en su adhesión a la ley mosaica. También destacan eventos proféticos como la «marca de la bestia» (relacionada con el rechazo del sábado), el papel de EE. UU. en la profecía y un tiempo de angustia previo al regreso de Cristo.
Evangélicos: Creen en la Segunda Venida de Cristo y, aunque tienen diversas visiones escatológicas (pretribulacionismo, posmilenialismo, amilenialismo, etc.), no creen en un juicio basado en obras. La redención de los justos se basa en su fe en Cristo. Cristo no investigará a los creyentes para ver quién es salvo, pues él conoce a los suyos (2 Tim. 2:19). Más bien, «investigará» a sus hijos para dar a cada uno lo que se merece, pero no irán al fuego eterno.
Conclusión
No cabe duda de que muchos adventistas sienten un gran deseo de seguir lo que consideran el camino correcto. Sin embargo, su fe se fundamenta principalmente en las prácticas de la ley mosaica y su interpretación bíblica se basa en los escritos de Ellen G. White, una profetisa que a menudo falló en sus predicciones. Esto hace que sus creencias sean puestas en tela de juicio por los cristianos evangélicos con los que conviven. No obstante, también debemos enfatizar que los evangélicos deben revisar sus posturas y ser capaces de criticar ciertas corrientes con doctrinas equivocadas. Esperamos que este texto nos ayude a todos a investigar más las Escrituras y a conocer mejor a Dios y la obra de Cristo.
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