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¿Sería Darwin un darwinista hoy?

Charles Darwin with modern clothes

Don Batten | Creation Ministries International

Charles Darwin hizo una buena labor científica. Algunas de sus investigaciones, como las relativas al crecimiento de los corales, los atolones marinos y el importante papel de las lombrices de tierra, siguen vigentes en la actualidad. Por otra parte, Darwin era un hombre de su tiempo, una época dominada por las ideas deístas, que creían en un Dios remoto y en que el universo funcionaba por sí mismo de acuerdo con las leyes de la naturaleza.

Para los intelectuales la “teología natural” (el estudio de la naturaleza para encontrar a Dios) había reemplazado en gran medida a la Biblia, la revelación de Dios.

Con la influencia de James Hutton y Charles Lyell, 1Walker, T. (2004). The man who made the wedge: James Hutton and the overthrow of biblical authority, Journal of Creation 18(2):55–57. la idea de un cambio lento y gradual a lo largo de grandes eras había echado raíces, lo que supuso un cambio respecto a la aceptación anterior de la historia bíblica, en la que la Creación y el Diluvio explicaban las rocas y los fósiles.2Walker, T.(2008). Geological pioneer Nicolaus Steno was a biblical creationist, Journal of Creation 22(1):93–98.

En este contexto, la teoría de Darwin sobre el origen de las diversas formas de vida a través de procesos naturales encontró aceptación. Pero, ¿sería Darwin un darwinista si estuviera vivo hoy?

El origen de la vida

En El origen de las especies,3El título completo: Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida. Darwin se centró en el origen de la diversidad de la vida. En una carta al botánico Joseph Hooker en 1863, Darwin lamentó haber complacido a la opinión pública al escribir en su libro sobre la primera forma de vida, “en la que se insufló vida por primera vez” 4Darwin, C.(1959). El Origen de las Especies. (1a ed.). p. 484. (como si creyera en la creación divina). No obstante, admitió que “pensar en el origen de la vida en la actualidad es una tontería; uno podría pensar también en el origen de la materia”. 5Darwin, F. (1911). The Life and Letters of Charles Darwin. (Vol. II). D. Appleton & Co., New York. pp. 202–203. ,6O como lo expresó en otra parte: “nuestra ignorancia es tan profunda sobre el origen de la vida como sobre el origen de la fuerza o la materia”. Darwin, C., (1863).The doctrine of heterogeny and modification of species, Athenaeum 1852:554–555.

Sin embargo, ocho años después, en consonancia con su afán de explicar los orígenes de la vida de una manera totalmente materialista, especuló:

“… si (¡y qué gran si!) pudiéramos concebir que en un pequeño charco cálido,
con todo tipo de amoniacos y sales fosfóricas, luz, calor, electricidad, etc.,
presentes, que se formara químicamente un compuesto proteínico listo para
sufrir cambios aún más complejos…” 5Darwin, F. (1911). The Life and Letters of Charles Darwin. (Vol. II). D. Appleton & Co., New York. pp. 202–203.

diagrama de una Célula humana
Los alumnos aprenden a etiquetar las partes de una célula, pero los científicos no dejan de sorprenderse ante las nanomáquinas, y la programación en el ADN que especifica cómo fabricarlas y utilizarlas, que se esconden tras los diagramas simplistas.

En aquella época los científicos sabían que  los organismos como los insectos no se formaban espontáneamente, pero seguían especulando sobre los microbios. Estos parecían bastante simples (masas gelatinosas) y, por eso, muchos pensaron que podían surgir espontáneamente. Sin embargo, el científico creacionista Louis Pasteur, contemporáneo de Darwin, demostró que los microbios tampoco se formaban espontáneamente. 7Lamont, A. (1991). Louis Pasteur (1822–1895): Outstanding scientist and opponent of evolution, Creation, 14(1):16–19.

Hoy en día, con el conocimiento que tenemos sobre la complejidad de los seres vivos más simples, el origen de la vida se ha convertido en un problema insoluble para quienes se niegan a creer en la creación. Las células no son simples masas gelatinosas; son conjuntos increíblemente complejos de nanomáquinas que Darwin no podría haber concebido en lo más mínimo. Y están llenas de programas (software) que especifican cómo construir y operar cada célula viva con sus miles de nanomáquinas que son esenciales para la vida (por ejemplo, véase la ATP sintasa ). El profesor Paul Davies admitió:

“¿Cómo lograron átomos estúpidos escribir espontáneamente su propio software…?
Nadie lo sabe… no existe ninguna ley de la física conocida capaz de crear
información de la nada”. 8Davies, P. (1999). Life force, New Scientist. 163 (2204):26–30.

Cada día, nuevos descubrimientos amplían nuestro conocimiento sobre la impresionante complejidad de la vida, haciendo cada vez más insostenible la idea del origen espontáneo de la vida. 9Vean Origin of Life Questions and Answers.

Antony Flew, un famoso filósofo inglés ateo y de línea dura, abandonó el ateísmo debido al peso de la evidencia de estos descubrimientos modernos. Dijo: “Ahora me parece que los hallazgos de más de cincuenta años de investigación del ADN han proporcionado el material suficiente para un argumento nuevo y enormemente poderoso a favor del diseño”. 10My pilgrimage from atheism to theism: an exclusive interview with former British atheist Professor Antony Flew by Gary Habermas, Philosophia Christi, Winter 2005; http://www.philchristi.org/library/printable/33.pdf Esta investigación “ha demostrado, por la complejidad casi increíble de los mecanismos que se necesitan para producir (la vida), que la inteligencia debe haber estado involucrada”. 11Famous atheist now believes in God: One of world’s leading atheists now believes in God, more or less, based on scientific evidence, 2004, Associated Press. sciencefindsgod.com/famous-atheist-now-believes-in-god.htm.

Darwin estaba equivocado, pero tenía poco conocimiento de estas cosas.

Selección natural

Darwin tituló su libro El origen de las especies por medio de la selección natural. Especuló que la variación en los seres vivos era continua y sin límites. Escribió:

“Cualquiera que sea la causa de cada pequeña diferencia entre los hijos y sus padres —y debe existir una causa para cada una— es la acumulación constante, a través de la selección natural, de tales diferencias, cuando son beneficiosas para el individuo, lo que da lugar a todas las modificaciones más importantes de la estructura, por las cuales los innumerables seres sobre la faz de esta tierra pueden luchar entre sí y los mejor adaptados pueden sobrevivir”. 12Darwin, C.(1959). El Origen de las Especies. (1a ed.). p.170

Gregor Mendel, un creacionista contemporáneo de Darwin, descubrió las leyes de la genética. Publicó su trabajo en una importante revista a finales de la década de 1860, pero permaneció en el anonimato durante más de 30 años, posiblemente porque no encajaba con la creciente aceptación de la perspectiva darwinista. Mendel demostró que la variación genética era limitada y que los rasgos nuevos en realidad ya estaban en los genes de los padres. La variación no se expresa porque los genes dominantes ocultan el efecto de los genes recesivos13Anon. (1980). Genetics and God’s natural selection, Creation, 3(4):13–15. creation.com/genes. Ver también: Genetics: no friend of evolution.

El redescubrimiento de la obra de Mendel a principios del siglo XX supuso una crisis para el darwinismo, ya que se consideraba que la variedad de la descendencia se debía a la clasificación de los genes existentes, es decir, a la información existente, en lugar de a la aparición espontánea de nueva información. Sin embargo, con el descubrimiento de las mutaciones (cambios accidentales de los genes) los evolucionistas las incorporaron al cuadro darwiniano para explicar la aparición de los nuevos genes (información genética novedosa) necesarios para que la evolución pasara del microbio al ser humano. Había nacido la “síntesis moderna”.

Sin embargo, sesenta años de investigación han demostrado que las mutaciones destruyen los genes y los controles genéticos. Las mutaciones causan miles de enfermedades humanas. No crean genes nuevos, como los que se utilizan para formar plumas que convierten a un reptil en un pájaro. Las mutaciones causan el tipo de cambio equivocado. 14Wieland, C. (2002). The evolution train’s a-comin’ (Sorry, a-goin’—in the wrong direction), Creation 24 (2):16–19. creation.com/train. Tampoco esos cambios accidentales y aleatorios crean nuevos sistemas funcionales de control genético, que son otro nivel de complejidad. Un biólogo del Smithsonian dijo:

“La ‘síntesis evolutiva moderna’ convenció a la mayoría de los biólogos de que la selección natural era la única influencia directiva sobre la evolución adaptativa. Hoy, sin embargo, la insatisfacción con la síntesis está muy extendida, y los creacionistas y los antidarwinistas se están multiplicando. El problema central de la síntesis es su incapacidad para demostrar (o proporcionar señales claras) de que las mutaciones aleatorias por selección natural pueden explicar los niveles observados de adaptación”. 15Leigh, E. (1999). The modern synthesis, Ronald Fisher and creationism, abstract in Trends in Ecology and Evolution 14(12):495–498.

Tenga en cuenta que, a veces, las mutaciones pueden ser beneficiosas, pero siguen siendo defectos. Por ejemplo, una mutación que impide que un escarabajo desarrolle alas normales puede ser beneficiosa para ese escarabajo de una isla ventosa donde las alas son arrastradas hasta el mar, pero sigue siendo un defecto. 16Wieland, C. (1997). Beetle bloopers: Flightless insects on windswept islands, Creation 19(3):30, 1997. creation.com/beetle.

Y la selección natural sólo puede seleccionar entre lo que las mutaciones producen, por lo que no es creativa, sino conservadora, eliminando a los organismos que son menos aptos para sobrevivir debido a las mutaciones que han sufrido. Por lo tanto, incluso con la adición de mutaciones, la selección natural sigue sin poder explicar la diversidad de la vida en la Tierra.

Darwin se equivocó en lo que respecta a la selección natural. Pero, si hubiera creído en la Biblia, lo habría sabido, porque el Génesis dice diez veces que Dios creó a los seres vivos para que se reprodujeran “según su especie” (Gén. 1:11), un principio de biología que todo el mundo entiende y da por sentado (los gatos siempre darán a luz gatos).

Los eslabones de los fósiles en transición

Darwin dijo:

“… el número de variedades intermedias que han existido anteriormente en la Tierra [debe] ser verdaderamente enorme. ¿Por qué entonces no está toda la formación geológica y cada estrato lleno de tales eslabones intermedios? La geología, con toda seguridad, no revela ninguna cadena orgánica tan finamente graduada; y ésta, tal vez, sea la objeción más obvia y más grave que se puede presentar contra mi teoría. La explicación radica, según creo, en la extrema imperfección del registro geológico… No debemos olvidar que sólo una pequeña porción del mundo se conoce con exactitud.” 17Ref. 4, p. 280, 307 (Capítulo 9, sobre la imperfección del registro fósil).

Darwin esperaba que, una vez que los investigadores buscaran los fósiles intermedios de transición, los encontrarían. Sin embargo, tras 150 años todavía no los habían encontrado. Como dijo el conocido paleontólogo Robert Carroll:

“Lo que falta son las muchas formas intermedias planteadas por Darwin…” 18Carroll, R. (2000), Towards a new evolutionary synthesis, Trends in Ecology and Evolution, 15(1):27–32, 2000.

La apelación de Darwin a la inconclusión del conocimiento en su época (¿saltos en el registro fósil?) no ha sido justificada. Se equivocó respecto a los fósiles.

El árbol de la vida

Darwin razonó que, suponiendo que la variación y la selección natural fueran ilimitadas, con el tiempo todos los seres vivos podrían haberse desarrollado a partir de una única forma de vida original. Así que tuvo la idea del «árbol de la vida», que dibujó por primera vez en 1837 en un cuaderno. Y se encuentra en el capítulo 4 de El origen, la única ilustración. En el capítulo final, dijo:

“Debería inferir por analogía que probablemente todos los seres orgánicos que alguna vez han vivido en esta tierra han descendido de alguna forma primordial…” 4Darwin, C.(1959). El Origen de las Especies. (1a ed.). p. 484.

Sin embargo, esta idea también está siendo seriamente atacada hoy en día:

“Los filogenéticos moleculares no habrán logrado encontrar el “árbol verdadero”, no porque sus métodos sean inadecuados o porque hayan elegido los genes equivocados, sino porque la historia de la vida no puede representarse adecuadamente como un árbol”. 19Doolittle, W. (1999). Phylogenetic classification and the universal tree, Science, 284(5423): 2124–2128.

el árbol de la vida de Darwin
Boceto del «árbol de la vida» creado por Darwin

La revista científica de divulgación New Scientist creó un gran revuelo cuando publicó un artículo especial titulado “Desarraigando el árbol de Darwin”. 20Lawnton, G. (2009) Uprooting Darwin’s tree, New Scientist, 201(2692):34–39. Los ateos despotricaron en los blogs, desdeñosos ante la crítica de la revista a este icono evolucionista. Amenazaron con cancelar las suscripciones. Todo esto demuestra que la evolución no es una cuestión científica, sino más bien una idea religiosa. Nadie se enoja tanto por ideas verdaderamente científicas. Como comentó en 1860 el reverendo Adam Sedgwick, profesor de geología en Cambridge de 1818 a 1873:

“De principio a fin, [El Origen] es un plato de materialismo descarnado, hábilmente cocinado… ¿Y por qué se hace esto? Por ninguna otra razón, estoy seguro, excepto para hacernos  independientes de un Creador…” 21Carta a Miss Gerard, 2 Enero de 1860, citada en Ronald Clark (1984), The Survival of Charles Darwin. Random House. New York. p. 139; Who said this about evolution?

El artículo de New Scientist reconoce cuán central e importante es esta idea del árbol de la vida para el darwinismo:

“Sin él, la teoría de la evolución nunca habría existido. El árbol también ayudó a que la evolución triunfara… Desde Darwin, el árbol ha sido elprincipio unificador…” 20Lawnton, G. (2009) Uprooting Darwin’s tree, New Scientist, 201(2692):34–39.

Ahora, muchos científicos lo están cuestionando. Los fósiles no revelaron un árbol de la vida; las formas de transición y los ancestros comunes son notables por su falta. Sin embargo, los evolucionistas aclamaron el campo más nuevo de la biología molecular como el redentor que establecería el árbol. Cada vez más, este argumento basado en la ignorancia ha fallado a medida que se han recopilado los datos:

“A mediados de los ochenta, había un gran optimismo de que las técnicasmoleculares finalmente revelarían el árbol universal de la vida en todo su esplendor. Irónicamente, sucedió lo contrario”. 20Lawnton, G. (2009) Uprooting Darwin’s tree, New Scientist, 201(2692):34–39.

Las moléculas contradicen los árboles anteriores y moléculas diferentes dan lugar a árboles diferentes. Ahora proponen una transferencia masiva horizontal de genes (movimiento entre organismos que no están estrechamente relacionados por un ancestro común) para intentar explicar los patrones revelados. El árbol de Darwin está muerto.

Por supuesto, un patrón de similitud de este tipo es perfectamente coherente con un Diseñador superinteligente y sobrenatural que crea seres vivos: se esperaría que un Diseñador Inteligente reutilizara especificaciones en diferentes organismos que podrían ser diferentes en otros aspectos. De hecho, un patrón de este tipo, que habla de un Diseñador pero frustra los intentos naturalistas de explicar el patrón de diseño, se revela en Romanos 1:20 :

“Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad,  se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,  siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.”

Darwin también se equivocó en esta idea central. ¿Queda algo?

Entonces… ¿Sería Darwin un darwinista hoy?

Dado el gran fracaso de Darwin en satisfacer sus expectativas, podríamos pensar que no sería darwinista hoy, si estuviera vivo. Sin embargo, no son las evidencias las que impulsan la creencia en la evolución, como se puede ver fácilmente leyendo el veneno de los defensores más entusiastas de la evolución. Desde el mismo principio, “evolución” ha sido sinónimo de “naturalismo”; la naturaleza es todo lo que hay y no hay necesidad de explicar nuestros orígenes a través de un creador. Ciertamente,

“[Darwin] no ocultó su opinión de que no creía que la religión tuviera fundamento racional alguno”. 22Browne, J. (2002). The Power of Place: Charles Darwin, the Origin and After—the Years of Fame. Random House. New York. p. 341.

Darwin abrazó el materialismo cuando era joven. 23Wieland, C. (1993). Darwin’s real message: have you missed it?, Creation, 14(4):16–19; creation.com/realmessage. Por lo tanto, si viviera hoy, probablemente sería como los materialistas de hoy, que son dados a “pensamientos vanos” (Romanos 1:21-22), como el profesor de genética, Richard Lewontin, quien escribió que “el materialismo es absoluto, porque no podemos permitir que un pie divino entre en la puerta”. 24Lewontin, R. (1997). Billions and billions of demons, The New York Review. p. 31; creation.com/lewontin.

Entonces, si Darwin viviera hoy, ¿sería darwinista? Probablemente sí, a pesar de las evidencias.

 


Referencias y anotaciones

  • 1
    Walker, T. (2004). The man who made the wedge: James Hutton and the overthrow of biblical authority, Journal of Creation 18(2):55–57.
  • 2
    Walker, T.(2008). Geological pioneer Nicolaus Steno was a biblical creationist, Journal of Creation 22(1):93–98.
  • 3
    El título completo: Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida.
  • 4
    Darwin, C.(1959). El Origen de las Especies. (1a ed.). p. 484.
  • 5
    Darwin, F. (1911). The Life and Letters of Charles Darwin. (Vol. II). D. Appleton & Co., New York. pp. 202–203.
  • 6
    O como lo expresó en otra parte: “nuestra ignorancia es tan profunda sobre el origen de la vida como sobre el origen de la fuerza o la materia”. Darwin, C., (1863).The doctrine of heterogeny and modification of species, Athenaeum 1852:554–555.
  • 7
    Lamont, A. (1991). Louis Pasteur (1822–1895): Outstanding scientist and opponent of evolution, Creation, 14(1):16–19.
  • 8
    Davies, P. (1999). Life force, New Scientist. 163 (2204):26–30.
  • 9
    Vean Origin of Life Questions and Answers.
  • 10
    My pilgrimage from atheism to theism: an exclusive interview with former British atheist Professor Antony Flew by Gary Habermas, Philosophia Christi, Winter 2005; http://www.philchristi.org/library/printable/33.pdf
  • 11
    Famous atheist now believes in God: One of world’s leading atheists now believes in God, more or less, based on scientific evidence, 2004, Associated Press. sciencefindsgod.com/famous-atheist-now-believes-in-god.htm.
  • 12
    Darwin, C.(1959). El Origen de las Especies. (1a ed.). p.170
  • 13
    Anon. (1980). Genetics and God’s natural selection, Creation, 3(4):13–15. creation.com/genes. Ver también: Genetics: no friend of evolution.
  • 14
    Wieland, C. (2002). The evolution train’s a-comin’ (Sorry, a-goin’—in the wrong direction), Creation 24 (2):16–19. creation.com/train.
  • 15
    Leigh, E. (1999). The modern synthesis, Ronald Fisher and creationism, abstract in Trends in Ecology and Evolution 14(12):495–498.
  • 16
    Wieland, C. (1997). Beetle bloopers: Flightless insects on windswept islands, Creation 19(3):30, 1997. creation.com/beetle.
  • 17
    Ref. 4, p. 280, 307 (Capítulo 9, sobre la imperfección del registro fósil).
  • 18
    Carroll, R. (2000), Towards a new evolutionary synthesis, Trends in Ecology and Evolution, 15(1):27–32, 2000.
  • 19
    Doolittle, W. (1999). Phylogenetic classification and the universal tree, Science, 284(5423): 2124–2128.
  • 20
    Lawnton, G. (2009) Uprooting Darwin’s tree, New Scientist, 201(2692):34–39.
  • 21
    Carta a Miss Gerard, 2 Enero de 1860, citada en Ronald Clark (1984), The Survival of Charles Darwin. Random House. New York. p. 139; Who said this about evolution?
  • 22
    Browne, J. (2002). The Power of Place: Charles Darwin, the Origin and After—the Years of Fame. Random House. New York. p. 341.
  • 23
    Wieland, C. (1993). Darwin’s real message: have you missed it?, Creation, 14(4):16–19; creation.com/realmessage.
  • 24
    Lewontin, R. (1997). Billions and billions of demons, The New York Review. p. 31; creation.com/lewontin.

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