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La razón por la que no se come cordero en la Pascua judía

Familia judía celebrando la pascua

Fuente: One For Israel

Si estás familiarizado con la historia de la Pascua sabrás que matar y comer corderos es algo esencial. Por lo tanto, es posible que te sorprendas al saber que, por lo general, no hay ningun cordero en la mesa de un séder judío el dia de la Pascua.

¿Por qué es eso?

Un cordero sacrificado para todos

El plural de cordero no aparece en la Biblia. Solo hay cordero en singular. A veces se usa el plural para ovejas, y se traduce como corderos, pero la palabra hebrea para corderos no está ahí.

¡Hay un solo Cordero!

En la historia del Éxodo, aunque gramaticalmente no tiene tanto sentido, utilizan la palabra cordero en singular, como se puede ver:

«Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.»(Éxodo 12: 3-8)

Pero aun así, ¿toda la asamblea lo sacrifica?

Más adelante en Levítico 23 leemos que los sacerdotes sacrifican un cordero para todos, y también en Esdras 6 vemos lo mismo:

«También los hijos de la cautividad celebraron la pascua a los catorce días del mes primero. Porque los sacerdotes y los levitas se habían purificado a una; todos estaban limpios, y sacrificaron la pascua por todos los hijos de la cautividad, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos. Comieron los hijos de Israel que habían vuelto del cautiverio, con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel.» (Esdras 6:19-21)

2 Crónicas 35:11-13 repite la misma historia: un cordero [Pesaj] sacrificado por muchos.

De un cordero por familia a ningún cordero

Sin embargo, al observar la historia judía, la Mishná describe en detalle cómo se celebraba la fiesta en la época de Yeshua, y parece que cada familia tenía su propio cordero pascual.

Mientras el templo aún estaba en pie, era habitual que el pueblo de Israel descendiera sobre la ciudad de Jerusalén y trajera un cordero o una cabra para que cada familia fuera sacrificada. Los sacerdotes sacrificaban ritualmente a los animales y tomaban un cuenco de la sangre para verterla en el altar, antes de devolver la carne a la familia para que la cocinaran en brochetas de ramas de granada y la disfrutaran por la noche. Debido a la gran cantidad de personas que llegaban allí se hacían sacrificios en tres «sentadas», por así decirlo. Entonces, fue un cordero por familia, como se puede imaginar de las instrucciones en Éxodo 12.

Pero después de la caída del templo en el año 70 d. C., la práctica judía cambió para siempre: ¿cómo podían seguir los mandamientos de la Torá sin un templo? Hubo una disputa rabínica sobre cómo proceder en este asunto del cordero pascual, junto con muchos otros dilemas. La opinión estaba dividida sobre si hacer que cada familia sacrificara y comiera su cordero o cabra en casa (propuesta del rabino Gamaliel), o si se evitaba por completo el tema del cordero, ya que solo los sacerdotes podían llevar a cabo tales sacrificios en el templo de acuerdo con la ley judía. Para que sucediera esto tendrían que esperar la venida del Mesías y la reconstrucción de un nuevo templo.

No pasó mucho tiempo antes de que aquellos que se oponían a la sugerencia de Gamaliel de hacer el sacrificio en casa ganaron el control y amenazaron con la excomunión a cualquiera que desafiara la prohibición. Un par de generaciones después de la muerte y resurrección de Yeshua, la práctica de sacrificar animales para la Pascua se detuvo por completo. A partir de ese momento, el cordero estuvo fuera de la mesa y, en general, fuera del menú.

Dios mismo proveerá el cordero

Hay un pequeño número de radicales que, desde la Pascua de 1968 (después de la reconquista de Jerusalén en 1967) han estado tratando de sacrificar corderos en el Monte del Templo, algo extremadamente peligroso desde el punto de vista político. Nunca se les concedió permiso hasta este año, por lo que han estado sacrificando en secreto sus corderos de Pascua, pero anhelan fervientemente que se restablezca la práctica.

Después de todo, fue en ese mismo lugar que Dios le dijo a Abraham que no matara a Isaac, asegurando a su hijo de que Dios «se proveerá de cordero». (Gén 22:8) Muchas generaciones después, lo hizo, porque también fue en Jerusalén donde Yeshua derramó su sangre y se convirtió en nuestro sacrificio de Pascua.

Si vas a Israel hoy (durante la Pascua) y te adentras en Judea y Samaria hasta el monte Gerizim, encontrarás personas que están sacrificando corderos para la Pascua, uno por familia. Esas personas son los samaritanos. La comunidad samaritana todavía existe hoy, aunque en números bastante pequeños, y todavía se adhieren a los primeros cinco libros de la Torá a su manera. Fui a ver el espectáculo, que fue más emotivo de lo que esperaba. El repentino horror de corderos inocentes muriendo sin ninguna culpa… la realidad de toda esa muerte en beneficio de los demás… Y nuestro guía dijo algo muy profundo. Una pregunta que les dejaré para esta Pascua:

«Cuando traes un cordero de sacrificio al templo para que el sacerdote revise si tiene defectos, ¿te examina el sacerdote a ti o al cordero?»


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