La presidencia de Donald Trump inspira un renovado impulso para el Tercer Templo de Jerusalén
—Enguardia
La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha reavivado las esperanzas de reconstruir el Tercer Templo en Jerusalén, un proyecto que, para bien o para mal, ocupa un lugar central en las creencias escatológicas tanto de judíos como de cristianos. Muchos líderes religiosos y políticos ven en Trump un instrumento divino, capaz de cumplir un papel crucial en la realización de antiguas profecías bíblicas.
La destrucción del Segundo Templo por los romanos en el año 70 d.C. marcó un antes y un después en la historia del pueblo judío. Este evento no solo significó la pérdida de un centro religioso, sino también un símbolo nacional. Desde entonces, la reconstrucción del Templo ha sido un sueño colectivo, asociado con la redención final y la llegada del Mesías.
El Instituto del Templo, fundado en Jerusalén en 1987, trabaja en la preparación para la reconstrucción del Tercer Templo. Ha recreado utensilios sagrados, vestimentas sacerdotales y elementos clave para los rituales, y también educa sobre su importancia histórica y espiritual. (Lean el siguiente artículo sobre las vacas alazanas en los rituales del Tercer Templo) El Instituto se considera un paso concreto hacia el cumplimiento de las profecías bíblicas.
La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha despertado mucho interés y esperanza entre los judíos, que esperan ver la reconstrucción del Templo. Uno de ellos es el rabino Yosef Berger, custodio de la tumba del Rey David. Según Berger, “la elección de Trump es un elemento necesario para la ‘geulá’ (redención) y una señal de que la llegada del Mesías es inminente.”
Berger cree firmemente que Trump es esencial para la reconstrucción del Templo. Desde el inicio del primer mandato de Trump, el rabino ha estado muy atento a los movimientos políticos estadounidenses.
“Donald Trump en la Gematria equivale a 424, que es lo mismo que Moshiach ben David (el Mesías hijo de David). Esto ciertamente no significa que él será el Mesías, pero indica que desempeñará un papel en preparar el camino para la llegada del Mesías. Claramente tiene esta inclinación.”
Esta conexión numérica no es trivial en el contexto judío, donde la Gematria —un sistema de numerología basado en el valor de las letras hebreas— se usa a menudo para buscar significados ocultos en los textos sagrados. Según Berger, esta equivalencia es una señal de que Trump tiene un papel predestinado en los planes divinos.
Sin embargo, el apoyo a esta causa no proviene exclusivamente del judaísmo. En algunos círculos cristianos, la idea del Tercer Templo tiene un papel profético crucial. Para muchos cristianos, la reconstrucción del Templo es un paso imprescindible para la realización de las profecías sobre el fin de los tiempos.
Entre los defensores contemporáneos de esta idea se encuentra Pete Hegseth, un destacado presentador de televisión y ferviente partidario de Israel. El pasado mes de noviembre, Trump expresó su deseo de nombrar a Hegseth ministro de Defensa en su próximo mandato.
Poco después de su nominación, el Instituto del Templo publicó en las redes sociales una foto de 2019 en la que aparece Hegseth junto a Chaim Richman, el entonces director del instituto. La fotografía, que fue tomada en la explanada del Templo, lee:
“Pete es un feroz defensor de Israel y está totalmente de acuerdo con el deseo ancestral de los judíos de reconstruir el Sagrado Templo. Esperamos con ansias la confirmación de Pete por parte del Senado como próximo Secretario de Defensa de los Estados Unidos.”
Por otro lado, el canal de televisión israelí Arutz Sheva publicó un vídeo en el que el presentador estadounidense declaraba su apoyo a la reconstrucción del templo.
“No hay razón para que el milagro del restablecimiento del Templo en el Monte del Templo no sea posible. No sé cómo puede suceder. Ustedes tampoco lo saben, pero sé que podría suceder.”
Estas declaraciones, pronunciadas durante el primer mandato de Trump, han vuelto a resonar en la mente de Berger. Este líder religioso judío ve una clara alusión a Ciro el Persa, quien permitió regresar a los judíos a su tierra y reconstruir el templo en el año 539 a.C.
“Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.” (2 Crónicas 36:22-23)
Berger cree que el futuro presidente de Estados Unidos podría ser un tipo de Ciro que permitirá la reconstrucción del Templo de Jerusalén. En realidad, esta visión no es nueva. En 2018, la conexión simbólica de Trump con el Tercer Templo se hizo evidente cuando el Centro Educativo Mikdash acuñó una moneda con su imagen junto a la del rey Ciro. La moneda, que también incluía una representación del Templo, conmemoró el reconocimiento de Trump de Jerusalén como capital de Israel y su contribución a la agenda divina.
El impulso de Trump en 2018 se frenó en seco con la victoria de Biden en 2021. Sin embargo, cuatro años después, las palabras de Hegseth vuelven a cobrar vida.
“Me gustaría presentarles, a la luz del apoyo que tienen en Washington DC,el apoyo que tenéis entre los estadounidenses patriotas,entre los cristianos evangélicos,entre los creyentes, entre los republicanos,incluso entre algunos demócratas en Washington; aunque ya casi no se puede decir eso.Compre el boleto.Tome acción para hacer lo que se debe hacer aquí en Israel, porque realmente creo que este es un momento en el que Estados Unidos os respaldará.”
Las declaraciones de Hegseth son significativas, pues muchos judíos, como Berger, creen que la reconstrucción del Templo es un acto de reparación divina o tikkun. Según este concepto, los descendientes espirituales de Roma, representados en parte por los cristianos, participarán en la reconstrucción del Templo, enmendando así el crimen cometido.
Sin embargo, existe un pequeño problema con esta idea: los cristianos no fueron los responsables de la destrucción del segundo templo. De hecho, en aquella época eran perseguidos tanto por los judíos como por los romanos. Sin duda, Roma y la Iglesia apóstata tendrán un papel fundamental en los últimos tiempos, pero no para bien. Si esta es la Roma a la que se refiere Berger, entonces ya pueden ir preparándose, porque las cosas no pintan nada bien.
Además, berger citó algunas enseñanzas rabínicas acerca del Mesías:
“El rabino Berachia, en nombre del rabino Leví, dijo: ‘Así como el primer redentor, Moisés, se reveló a los judíos y luego se ocultó, de manera similar el redentor final se revelará y luego se ocultará, y luego regresará y se revelará nuevamente.’”
Curiosamente, el rabino Leví tenía mucha razón, pues Yeshua (Jesús) se mostró a su gente hace unos dos mil años y trajo la redención a través de su sacrificio en la cruz. No obstante, ahora permanece “oculto” hasta el momento indicado, cuando se revelará de nuevo a los judíos.
Según las profecías, Israel todavía ha de sufrir mucho antes de que venga el Mesías, no obstante, lo aceptara después de que el anticristo se siente en el Templo como si fuese Dios mismo; es decir, cuando se apodere del templo que quieren construir. Este hombre perverso perseguirá a los judios como nunca antes en la historia. Finalmente, el remanente de Israel verá a Yeshua en persona, “y luego todo Israel será salvo, como está escrito: vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.» (Rom. 11:26)
Desgraciadamente, al igual que muchos judíos, Berger no cree en esta interpretación. Más bien, prefiere pensar que Trump es ese tipo de Moises:
“Al igual que Moisés, Trump comenzó como parte del pueblo de a pie, se reveló tras su primer éxito al entrar en la Casa Blanca, pero luego se ocultó… Al igual que Moisés, ahora que Trump se ha revelado por segunda vez y cumplirá su función máxima.”
Puede ser que la construcción del Tercer Templo no esté tan cerca como algunos creen, pero sin duda la presidencia de Donald Trump ha reavivado las esperanzas y los debates en torno a este proyecto. Las declaraciones de figuras como Berger y Hegseth, junto con los esfuerzos del Instituto del Templo, muestran un renovado impulso hacia este objetivo. No obstante, las tensiones políticas y religiosas en torno al Monte del Templo plantean dudas sobre la viabilidad del proyecto. Para muchos, sin embargo, la posibilidad de presenciar la reconstrucción del Templo parece más cercana que nunca, lo que marcaría un paso crucial en lo que creen que es el plan divino.
Sin embargo, muchos creyentes, como yo, vemos en estos eventos el gran engaño existente entre judíos, cristianos e incluso musulmanes que desean ver este proyecto hacerse realidad. Además, todo esto encaja a la perfección con otros acontecimientos geopolíticos, como las guerras de Gaza y el Líbano, Ucrania y, más recientemente, la toma de Damasco por los rebeldes. Sin duda, todos estos acontecimientos nos acercan cada día más al retorno del Mesías.
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