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Prudentes como serpientes

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Enguardia

La mentira nos acecha. Nos espera en cada esquina para persuadirnos y engañarnos. La televisión, los políticos, los educadores, los sacerdotes, los religiosos, incluso nuestros amigos y familiares la utilizan, de una manera u otra, para llevar a cabo sus objetivos.  La mentira trajo la perdición al mundo, y el engaño y la manipulación prosiguen su camino manteniendo el mundo en tinieblas. La serpiente no ha dejado su obra.

Teniendo en cuenta lo que hizo este animal escurridizo hace miles de años, podría parecer extraño que algunos pasajes bíblicos emplearan el símbolo de la serpiente de forma positiva, por decirlo de alguna manera.  Por un lado, está la serpiente de bronce (Números 21:4-8) que Moisés mandó erigir como recordatorio al pueblo de su pecado contra Dios, y que al mirarla podían curarse. El evangelio de Juan nos revela cómo Jesús utilizó la historia de la serpiente de bronce como símbolo profético de su muerte (Juan 3:14), lo cual podemos entender también como un símbolo de su obra de salvación.

En el capítulo diez de Mateo encontramos de nuevo a Jesús utilizando el símbolo de la serpiente. En dicho texto leemos cómo Jesús da a sus discípulos autoridad sobre los espíritus inmundos, “para sanar toda enfermedad y dolencia” (v.2), enviándolos a las ovejas perdidas de Israel, a las desamparadas, a aquellas expuestas al peligro de las fieras del campo.El texto del capítulo anterior (Mt. 9:36) nos dice que Jesús tuvo compasión de las multitudes porque “estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”: Sus líderes religiosos les habían abandonado.

Entonces Jesús los envía a predicar un mensaje: El reino de los cielos se ha acercado. (Mt. 10:7) En está misión tan importante Jesús les declara a sus discípulos que serán perseguidos y azotados (Mt. 10:17). Les advierte de la siguiente manera:

He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos;
sed, pues, prudentes como serpientes,y sencillos como palomas.” (Mt. 10:16)

En primer lugar nos deberíamos preguntar: ¿Quién eran los lobos? Mateo 7:15 dice: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Así pues, estos lobos son los que están entre nosotros. Son aquellos que dicen ser de Dios, pero en realidad son hijos de Satanás. Esto, sin duda, son duras palabras, pero es la realidad, y Jesús nos dice que debemos cuidarnos de ellos.

Las palabras de Jesús hoy día siguen siendo muy válidas. En primer lugar, tenemos a muchos falsos profetas que no son más que lobos rapaces, listos para devorar. En segundo lugar tenemos a los falsos maestros y pastores, aquellos que dicen ser de Dios pero que no son más que hijos del engaño y la perdición. En mi opinión este grupo es más peligroso que el primero porque en muchos casos su engaño es mucho más sútil y muchos son los que caen en su error.

Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,
vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera
fidelidad a Cristo
.” –  2 Corintios 11:3

Toda mentira y engaño es peligrosa, pero más la que viene de dentro. Recordemos, es nuestra simple fe en Cristo la que salva, no un arrepentimiento fingido basado en obras o una espiritualidad de emociones que mide la fe por las obras milagrosas.

Volvamos, no obstante, al texto en cuestión. ¿Qué quiere decir “sed prudentes cómo serpientes”?

La palabra “prudente” es una traducción de la palabra griega phrónimos y significa:

    1. Inteligente, Sabio
    2. Prudente

Cómo es comprensible, phrónimos puede traducirse de varias maneras. De hecho, algunas versiones en inglés utilizan la palabra “sabios”(“wise as serpents”). Otras versiones más modernas, tanto en inglés como en español, utilizan la palabra “astutos”. Ésta, en mi opinión, no es una buena traducción. Lo mejor sería traducirlo cómo “sabio” o “prudente”.

Curiosamente, la RAE describe la prudencia de la siguiente manera:

En el cristianismo una de las cuatro virtudes  cardinales,
consiste en discernir lo que es bueno y malo, para seguir o huir de ello
.”

Las cuatro virtudes cardinales provienen de la filosofía griega, no del cristianismo o catolicismo.  Según Platón, estas virtudes eran: Templanza, Fortaleza, Justicia y Prudencia (phrónesis). Por lo tanto, incluso los griegos entendían que la prudencia era algo muy importante.La RAE define la prudencia como aquello que nos ayuda a “discernir lo que es bueno y malo, para seguir o huir de ello”. En la Biblia encontramos afirmaciones similares. Por ejemplo, Proverbios 16:17 nos dice que el “camino de los rectos es apartarse del mal”, mientras el apóstol Pedro nos exhorta a apartarnos del mal y a hacer el bien. ( 1 Pedro 3:10-12; cf. Salmos 34:14) Otro texto a tener en cuenta es el de Proverbios 18:15.

El corazón del prudente adquiere conocimiento,
Y el oído del sabio busca el conocimiento.
” (NBLA)

Este pasaje nos revela varias cosas.En primer lugar, vemos como la prudencia y la sabiduría van de la mano. Tanto el prudente como el sabio adquieren (compran) o buscan el conocimiento, la ciencia. Pero es la prudencia la que va primero; en efecto, es la que hace a uno sabio. En segundo lugar, la palabra hebrea para “prudente”, nabin (נָבוֹן), procede de la palabra bin, “separar, distinguir”.  En otras palabras, el prudente es aquel que sabe discernir entre la mentira y la verdad, entre lo recto y lo torcido, entre lo bueno y lo malo. Curiosamente, la Septuaginta (la versión griega del Antiguo Testamento) utiliza, en este versículo, la palabra griega phrónimon, el mismo término que vemos en Mateo 10:16.

El árbol de la ciencia del bien y el mal.

Cuando Dios creó el mundo puso dos árboles en medio del jardín del Edén: el árbol de la Vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Dios permitió a Adán y a Eva comer todo lo que quisieran, excepto de la fruta del Árbol de la Ciencia (Gén.2:17). Pero la serpiente, que era “astuta, más que todos los animales del campo”, se acercó a Eva y le dijo:

¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?  Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;  sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” (Gén. 3:2-6)

La astuta serpiente, Satanás, engañó a Eva diciéndole que podría llegar a ser como Dios, “sabiendo el bien y el mal”. La mujer, viendo que el árbol era bueno para alcanzar la sabiduría, cayó en el engaño. La desobediencia causó la muerte espiritual y física del hombre. Sí bien es cierto que ahora podrían llegar a entender lo que es el bien y el mal (antes vivían en un estado de inocencia), esto sería a consecuencia de su pecado. Irónicamente, es el mismo pecado que nos nubla la mente y nos aleja de la verdadera sabiduría, aquella que nos ayuda a discernir entre el bien y el mal.

Conclusión

La serpiente es astuta, pero no es prudente ni sabia. La verdadera prudencia y sabiduría la obtienen aquellos que escogen el camino recto, no los que siguen la mentira. Quizá esta es una de las razones por las que Jesús nos dijo que fuéramos “prudentes cómo serpientes”, no “astutos”, como dicen algunas versiones.  Las personas astutas e inteligentes pueden mentir, las prudentes y sabias dicen la verdad.

Seamos, pues, prudentes y no nos dejemos engañar por esa astuta serpiente la cual prometió a Eva alcanzar la sabiduría. Hagámonos sencillos como palomas, no envaneciendo nuestras mentes con cosas demasiado sublimes para nosotros, y pidámosle a Dios que nos dé sabiduría para entender cada día mejor su palabra (2 Tim. 2:15), que nos disponga un corazón sincero que desee seguir lo bueno y apartarse de lo malo, que nos de entendimiento para discernir entre lo verdadero y lo falso. ¡Expongamos las obras de las tinieblas con la luz de la Verdad!

 

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